La cabaña nace para satisfacer la irrefrenable necesidad de estar a solas conmigo misma. Cualquier montañero entenderá muy bien a lo que me estoy refiriendo. Basta remontar la fatigosa subida, coronar una cresta y expandir la mirada para darse cuenta de la necesidad de trepar solo sobre uno mismo: la más difícil de las travesías humanas. Allí todo es más puro, el límpio y fresco viento de la cumbre, azota y allana los laberintos del alma, poniendo un poco de orden y paz, donde antes no lo había. Y se experimenta, junto a toda la pequeñez personal, la más honda soledad acompañada por la presencia de los otros en el recuerdo.
Han quedado allá lejos las prisas de la vida en el paisaje urbano. Aquí no hay prisa para llevar enseguida y a todas partes el propio vacío. Aquí la vida personal se vuelve densa y maciza con la experiencia de lo intemporal y la copresencia de todos.

martes, 29 de noviembre de 2011

En algún lugar de la selva.

"Nuestros antepasados eran maestros en el arte de controlar el medioambiente, simplemente porque sólo tomaban lo que necesitaban y nada más que eso. Ahora en el mundo en que vivimos todos toman lo que pueden agarrar y, espero estar equivocado, nos dirigimos hacia una situación desastrosa". Jefe de la tribu Tuscarora. 

Uno de esos satélites que dan vueltas a la Tierra tirando fotos como los turistas cuando están delante del Taj Mahal, hace unos meses que descubrió a unos indios que vivían completamente aislados en un recóndito lugar de la selva del Amazonas.
Si captaran nuestro espíritu descubrirían indios a mansalva cada día, seres desorientados que no entienden nada de lo que sucede a su alrededor, espectadores de una burda comedia diaria con políticos cada vez más esperpénticos tratando de dirigir una película de esas malas, malísimas.
Digo yo que lo mejor que podían hacer con esos indios que acaban de encontrar es dejarlos como están, alejados del ruido y de las opas hostiles, de los bancos y de los tertulianos, y de tantos cantamañanas que irán a venderles gorras con el escudo de Los Ángeles Lakers. Me imagino que los americanos querrán hacerles sobre la marcha una película y que los pasearán por las teles de medio mundo como antes llevaban a los recién conquistados a las cortes europeas para mostrarlos como seres exóticos, medio desnudos y con la mirada tan limpia que no eran capaces de ver la podredumbre a la que les estaban convidando.
Necesitamos saber que en la raza humana hay seres que aún pueden evolucionar de otra manera. A lo mejor es en esos pequeños pueblos perdidos donde podremos retomar algún día la esencia que nos salve, el respeto a la naturaleza o el verdadero valor de la vida y de sus cosas. Uno quisiera creer que eso puede ser posible, pero ya sabemos que hace mucho tiempo que donde apuntan los satélites saltan inmediatamente por los aires todos los romanticismos.



7 comentarios:

Ricardo Miñana dijo...

Hola Fayna, siempre es interesante saber de las diferentes culturas,
se aprende mucho de ellos.
feliz semana.

Luismi dijo...

Como siempre, el hombre y la tecnología contra el hombre. ¿Recuerdas la película de Los dioses deben estar locos? La que formó una simple botella de Coca-Cola. No aprenderemos nunca.


Besos

Steppenwolf dijo...

Antes que las gorras, les venderán Coca-Cola seguramente. Las sociedades colonialistas son tan voraces como las termitas. Hernán Cortés era un ejemplo de como masacrar a un pueblo, los aztecas, que creían que los conquistadores eran dioses. Después, el séptimo de caballería terminó con la operación de expulsión y exterminio. Robamos y esquilmamos a los indígenas, les imponemos nuestra lengua, nuestra forma de vida y nuestra religión, y parece que lo seguimos intentando.
Tus palabras dan para una reflexión profunda, aunque creo que algunos no quiere reflexionar.
Un abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Hablando de películas, me impresionó, en su día "la selva esmeralda"

Myriam dijo...

Ojalá que tomemos real concienciaq de que nuestra salvación como especie depende de nuestro respeto por la Natualeza.

Un beso, Fayna

Kassiopea. dijo...

Deberían dejarlos como están, tienes toda la razón. Hace un tiempo vi por casualidad un capítulo del programa 'Perdidos en la tribu', en el que trajeron a los de la tribu (que nunca habían salido de allí) a España. Hubo un detalle de los que hacen reflexionar. Paseaban por una ciudad, no recuerdo si era Madrid o Barcelona y encontraron a un mendigo durmiendo entre cartones. El de la tribu se lo quedó mirando horrizado y les dijo más o menos: "esto no puede ser, ¿qué hace este hombre aquí con la cantidad de casas que tenéis, cómo nadie le hace sitio?" Intentaron explicarle pero al indígena no le cabía en la cabeza que pudiera haber alguien sin techo habiendo casas.

Besos

Julia dijo...

Y digo yo ¿ para que nuestra inteligencia? si no sabemos tratar a la madre selva.

Un abrazo Fayna