La cabaña nace para satisfacer la irrefrenable necesidad de estar a solas conmigo misma. Cualquier montañero entenderá muy bien a lo que me estoy refiriendo. Basta remontar la fatigosa subida, coronar una cresta y expandir la mirada para darse cuenta de la necesidad de trepar solo sobre uno mismo: la más difícil de las travesías humanas. Allí todo es más puro, el límpio y fresco viento de la cumbre, azota y allana los laberintos del alma, poniendo un poco de orden y paz, donde antes no lo había. Y se experimenta, junto a toda la pequeñez personal, la más honda soledad acompañada por la presencia de los otros en el recuerdo.
Han quedado allá lejos las prisas de la vida en el paisaje urbano. Aquí no hay prisa para llevar enseguida y a todas partes el propio vacío. Aquí la vida personal se vuelve densa y maciza con la experiencia de lo intemporal y la copresencia de todos.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Extenuada.



Asumí desde el primer momento que iba a estar sola. Cuando mamá ingresó en el hospital, lo hice yo con ella, dispuesta a implicarme al 100% en aquel proceso que, a priori, tenía un desenlace incierto.
Para un diagnóstico de cáncer nadie está preparado, ni quien lo padece ni su entorno más cercano que, por lo general, es la familia. No hay reglas para enfrentarse a una situación así.
Aquellas cinco semanas en el hospital fueron durísimas. Una complicación tras otra no hacían más que acrecentar la sensación de que el precipicio estaba a punto de abrirse hueco bajo mis pies. Me moría de miedo. Aún consciente de la gravedad, procuraba mantenerme serena, empeñándome en transmitirle una seguridad que ni yo misma albergaba. Los días y las noches se confundían en mi percepción del tiempo, podía cerrar los ojos y volver azul lo que fue blanco, o rojo lo que era negro. En situaciones de profundo desamparo hay que trabajarse pequeños momentos de felicidad por uno mismo.
Nadie me preguntó cómo estaba, yo no era la enferma.




jueves, 29 de septiembre de 2011

Un 10 a los publicistas.

Da lo mismo que a veces no prestemos ninguna atención por los caminos que transitamos. La memoria llega más lejos que cualquiera de nosotros. Todo lo que vivimos, incluso lo que nos parece más intrascendente, lo vamos acumulando en ese cerebro del que sabemos tan poco y que dispone de tantas cuevas ocultas para ir guardando cada uno de nuestros pasos. Lo guarda todo como si tuviera un mal de Diógenes vinculado a lo que tiene que ver con nuestra existencia. Somos lo que vamos sintiendo.

Pocas veces un anuncio de tv logra transmitir valores perdidos y sentimientos olvidados con tanta certeza y emoción. Es de 10.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Imágenes con premio.


                             El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho. 



martes, 27 de septiembre de 2011

Punto de partida.



Un blog no es un diario personal porque los diarios personales se guardan siempre bajo llave. No se concebiría un blog en papel, no tendría la inmediatez ni las posibilidades de difusión de estas nuevas herramientas que nos conectan a los unos con los otros. Además, nunca se podría concebir sin la mirada de un lector cómplice que le diera sentido a las palabras, es por eso que se han incorporado de una forma tan natural a nuestra necesidad de análisis o de ficción diaria.
Yo desde hoy me sitúo en una pequeña cabaña virtual para escribir mis estados de ánimo y todo lo que me vaya encontrando cerquita de las emociones. Querría haberme ubicado en el quinto pino, tratando de arropar mi propia intimidad tan lejos como me fuera posible, pero finalmente, mi lado más salvaje me llevó directa al Serengueti. 
Trataré de actualizarlo regularmente y de compartir con ustedes muchas de mis filias y de mis fobias. 
Sed todos bienvenidos.